miércoles, 23 de abril de 2014

Pasivas bocas abriéndose tan solo para escupir ideas absurdas. Recreándonos como valientes luchando por engancharnos al vicio...Treinta  y cinco minutos de gloriosa libertad entre las rejas oxidadas del instituto.
Escapando de lo correcto, alejándonos como temerarios exploradores hacia la esquina más oscura del patio, que originales...así seguimos , hora tras hora, día tras día, jugando a la excitante aventura de huir de los profesores; guardianes del orden, locos o aburridos, malos o buenos.
Guardianes persiguiendo vándalos, algunos atrapando con gozo a esos diablillos que les machacan durante horas, encarcelando y domesticando a la enervada juventud, tan salvaje y agitada.

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