-¿que te pasa?
La niña sorprendida al escuchar esa voz a su lado levantó la cabeza y con ojos rebosantes de lágrimas le respondió:
-He perdido a mi muñeca
Y el muchacho de ojos grises se sentó a su lado y sin ocultar la cara comenzó a llorar.
En ese momento la pequeña le miró y esta vez fue ella la que , conmocionada, le preguntó:
¿por que lloras?
Y el niño, sin ninguna nota de miedo que le quebrara su linda voz replicó:
Por que mi muñeca está llorando.
Luego se miraron y dejaron que las lágrimas de ambos resbalasen por sus suaves pieles
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